Escucha bien, mi viejo amigo,
no sé si recordarás
aquellos tiempos ahora perdidos
bajo las calles de esta ciudad.
Leímos juntos libros prohibidos,
creímos que nada nos haría cambiar,
vivimos siempre esperando una señal.
En el límite del bien, el límite del bien.
En el límite del mal, el límite del mal.
Te esperaré, en el límite del bien y del mal.
En el límite del bien, el límite del bien.
En el límite del mal, el límite del mal.
Te esperaré, en el límite del bien y del mal.
Es duro estar tan abatido
cuando sientes ahora el dolor.
Es como clavar un cuchillo,
en lo mas hondo de mi corazón.
Escucha bien, mi viejo amigo,
nunca olvide nuestra amistad.
La vida solo es un juego
en el que hay que apostar si quieres ganar.
En el límite del bien, el límite del bien.
En el límite del mal, el límite del mal.
Te esperaré, en el límite del bien y del mal.
En el límite del bien, el límite del bien.
En el límite del mal, el límite del mal.
Te esperaré, en el límite del bien y del mal.
No es difícil encontrar
el paraíso en la oscuridad.
La fortuna viene en un barco
sin rumbo y sin capitan.
Escucha bien, mi viejo amigo,
si algún día nos volvemos a ver,
sólo espero que todo sea como ayer.
En el límite del bien, el límite del bien.
En el límite del mal, el límite del mal.
Te esperaré, en el límite del bien y del mal.
En el límite del bien, el límite del bien.
En el límite del mal, el límite del mal.
Te esperaré, en el límite del bien y del mal.